lunes, 28 de noviembre de 2011

ELEVEMOS NUESTRA MENTE Y CON ELLA NUESTROS CONOCIMIENTOS

En cuanto mi hijo nació supe que debía dejar huella para que él siguiera mis pasos.

No existe nada en el mundo más humano que ser padres, pienso que para que una persona que jamás ha hecho algo por la humanidad ve a su alrededor y descubre que tiene una familia o forma parte de una familia, es cuando todos asumimos que hemos venido a este mundo por esa razón, para dejar un legado, a un ser que será el reflejo de nuestros ejemplos que le demos cada día para que a su vez, cuando encuentre la razón de su existir en sus propios hijos, se sienta que no ha sido en vano tanto sacrificio.

Al inicio de nuestra vida, como niños, no tenemos claro que todos tenemos un propósito en ella, pues nuestros primeros años con conciencia es ir a la escuela, para ampliar nuestros conocimientos en clases, y el trabajo de nuestros padres, maestros, abuelos, todos los adultos que nos rodean, nos dicen ¡aprende mucho muchacho, pues el saber te abre muchas puertas! Eso de puertas, no queda claro a los niños, y como no queremos vernos como tontos, simplemente no preguntamos, así que asumimos que significa algo que descubrireron en la escuela.

En la secundaria y prepa, como adolescentes, las cosas se nos hacen tan obvias que cuando los adultos se nos acercan y ofrecen su ayuda para cualquier cosa que queramos preguntar, simplemente los ignoramos y los hacemos a un lado, porque creemos que todo ya está explicado y que ellos forman parte de un pasado en la historia que ya no se repetirá en nuestro tiempo y por eso pierden credibilidad. Lo nuevo y sin explorar es lo último para nosotros y en esos quehacerse nos nombramos los expertos. 

Cuando entramos a la Unviersidad, ya no parece todo tan claro, pues existen nuevos retos que no se adquieren experimentándolo en la calle o simplemente leyendo un libro, aquí empieza la tarea más importante, nuestra experiencia la hacemos cada día y no por el trabajo o asistir a clase, entonces nos damos cuenta que qué falta nos hace un consejo de nuestros adultos, claro que si contamos con ellos, pues es muy triste cuando ya no están con nosotros y añoramos su compañía.

Pasando a otras cosas, cuando entramos al posgrado o a otros cursos que tomamos para nuestra curricula, nos adentramos a otros mundos que son de nuestro interés personal, y que necesariamente no corresponden a lo cotidiano. Lo que nos hace imposible consultar con alguien que conozcamos de nuestros adultos en estos nuevos temas si tenemos dudas, lo cierto es que desde hace mucho tiempo atrás dejamos de preguntarle tantas cosas y ahora nosotros nos hemos convertido en esos adultos que tenemos el conocimiento y que tenemos la obligación de trasmitirlo a nuestros hijos e hijas y a todos aquellos que nos ven como ejemplo de conocimiento. Nuestra experiencia hasta este momento es cuando da frutos, y éstos se llaman como nuestros hijos, alumnos, compañeros, otros adultos, etc. nos hemos convertido en los nuevos viejos cargados de todo el conocimiento que servirá de punto de partida para nuevas generaciones. 

Lo grato es pensar que no debemos sentirnos que estamos al final de nuestra vida, sino que somo el inicio de otras. 

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